Hace un tiempo hubo un curioso incidente en misa.
Altar mayor con retablo, desaparecido, de la iglesia de Beceite.
La iglesia de San Bartolomé fue construida entre los siglos XVII y XVIII, sustituyendo a otra anterior de la que ya había constancia en el año 1210, de la que se conservan elementos en las fachadas laterales, un capitel de columna y una clave de bóveda de crucería.
La construcción se adaptó al terreno desnivelado, proyectándose hacia el nuevo espacio de la plaza de la Constitución.
En la Guerra Civil la iglesia sufrió un gran expolio, los retablos fueron arrancados a golpe de hacha para luego ser quemados en la plaza, el órgano del coro también fue destruido así como la escultura de piedra del santo que se encontraba en la hornacina de la fachada, que continuó vació hasta 1973.
De las tumbas del suelo se sacaron los cadáveres, en las paredes laterales se abrieron boquetes para hacer ventanas (tapados con cemento tras finalizar la guerra) y el recinto se utilizó como almacén.
Memoria histórica para los rojos, que les hace buena falta.
Para colocar la nueva estatua de San Bartolomé sacaron unos cables por dos agujeros de la fachada, en el vértice del tejado, que sujetaban una polea cuyo extremo era tirado por un tractor, que al ir en macha hacía que la escultura fuera subiendo. Para que no rozasen los cables y la figura en las cornisas inferiores, mucho más sobresalientes que la pared, había atadas a la figura dos cuerdas de las que tiraban un grupo de hombres. Tras el primer intento hubo que descenderla ya que no se consiguió el suficiente balanceo para colocarla pero al segundo intento sí se logró.
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Obra barroca realizada entre el s.XVII-XVIII, que sustituyó a la primitiva iglesia dedicada a San Bartolomé y de la que ya había constancia en el año 1210.
De la antigua iglesia se observan elementos recuperados en las fachadas laterales: en la parte norte, un capitel de columna con escenas de Sansón abriendo las fauces de un león y Dalila con las tijeras en la mano; y, en el sur, una clave de bóveda de crucería que representa a un obispo bendiciendo.
La construcción del edificio duró varias décadas. Se adaptó al terreno desnivelado y se proyectó un nuevo espacio, la Plaza, con lo que las edificaciones que la rodeaban tuvieron que abrir nuevas ventanas y puertas. En una de las piedras de la fachada principal aparece la fecha de 1726, posiblemente el año de finalización de esta interesante fachada-retablo. En ella se distinguen dos cuerpos flanqueados por columnas salomónicas con decoración y en la hornacina superior se observa la figura de San Bartolomé colocada en el año 1973.
Durante la Guerra Civil (1936-1939), la iglesia parroquial de Beceite sufrió un gran expolio, grandes tesoros artísticos como eran los retablos del altar mayor y el de la Virgen del Rosario fueron arrancados a golpe de hacha, y tras caer derribados, causando tan gran polvareda que esta salió por la puerta de la iglesia, fueron sacados a la plaza y quemados.
El suelo, que estaba lleno de tumbas, tras sacar las losas que cubrían a los cadáveres embalsamados, fue labrado con caballerías; en las paredes laterales se abrieron unos boquetes para hacer ventanas, quedando el recinto de la iglesia para ser usado como almacén. Estos boquetes aún se pueden apreciar hoy pues finalizada la guerra fueron tapiados con cemento.
El órgano del coro, las campanas, que tenían tan buena sonoridad que se oían de varias horas de camino y, la escultura de piedra de San Bartolomé que estaba en la hornacina de la fachada principal también fueron derribados. Esta hornacina permaneció vacía hasta 1973, año en el que, tras un encargo efectuado por el Ayuntamiento a un escultor de Zaragoza, se instaló la nueva imagen de San Bartolomé, la cual tiene un peso aproximado de 800 kg y que costó 50.000 pesetas.