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lunes, abril 22, 2024

Anales de Cataluña. Tomo primero. Capítulo 1. "Puerto de Betsaù"

Tomo primero de los Anales de Cataluña.

Libro 1.

Contiene su población, división, breve descripción de sus montes, ríos, fuentes, baños, minas, y otras maravillas, con la relación de invenciones de imágenes de N. Señora, de los cuerpos santos extranjeros, que la favorecen, y de los conventos cuyas fundaciones se ignoran.

Capítulo 1.

De la fundación, nombre, división, y límites de Cataluña, y de la división de España, y Francia.

Cataluña en el principio fue criada como todo el universo, y nombrada como las demás Provincias, con el nombre común de la Tierra, pero buena; produciendo árboles, y flores obedeció al precepto de Dios, el cual habiendo ya criado el azul viril tachonado de luces, y dividido el cristalino elemento del dilatado penzil de la Tierra, fabricó otro Mundo pequeño en Adán, para que meditase las grandezas del Cielo, hecho en la Tierra para su población, y aumento con su amada consorte Eva, sacada de su lado en la costilla. Criados, y constituidos Emperadores de la Tierra, felices con la gracia, ricos con los dones naturales, y sobrenaturales, ciudadanos del terrestre paraíso, apenas le gozaron, cuando vanos, y rebeldes se atrevieron a su Señor, que les condenó a destierro, trabajos, sudores, dolores, y muerte; justo castigo de desconocidos, e ingratos.

Peregrinos en la Tierra, y desterrados del fértil Jardín; en Caín, y Abel (al cual mató Caín) Seth, y algunas hijas dilataron su prole con los casamientos; (1: Génesis, 1. & 2. Joseph de antig. lib. 1.) y de estos nacieron muchísimos, hasta que con el número creció la malicia: dilatose el deleite, alentose la ira, encendiose la envidia, y el contagio de soberbia sobre la malicia, obligando a la Divina Justicia justamente indignada a perder, y acabar el humano linaje por el Diluvio, pesándole de haberle formado. (2: Génesis, cap. 2, ad S. ) 

La misericordia infinita moderó la suma Justicia ofendida, eligiendo a Noé con sus hijos, y mujeres, con las especies de los terrestres, y volátiles brutos, y aves, para que renaciesen del Arca pasado el rigor del Diluvio, después de año entero de encierro, y 1656 de la creación del Mundo, para nuevamente poblar la Tierra. (3: Amnio lib. 4, y 14. Pined. Lib. 1, cap. 1. Viladam cap. 1. Génesis 7.)

Pereció el Mundo pecador, salvose la naturaleza en Noé santo; bajando del arca con su familia rindió en debidos obsequios, y sacrificios a Dios las gracias, formó después chozas, y cabañas para los suyos en un collado del Monte Caspio, donde sus hijos Sem, Cham, y Japhet, multiplicaron el humano linaje, y bajando al llano, dejada su primera población a la cual llamaron Sale Noha; excusáronse los demás de dejar la Montaña temerosos de otro Diluvio, a los cuales obligó Noé a seguir sus Padres, para que pudiesen dilatarse a poblar el Orbe; llegaron juntos al Campo Sennaar, a donde Nembrot nieto de Cham, altivo, e ignorante pensó escalar el Cielo con la torre de Babel, castigando Dios su vanidad altiva, con la diversidad de lenguas, no entendiéndose, ni entendiéndole; desprecio acomodado a su vanidad altiva, y propio de la soberbia. (4: Génesis, à cap. 7 ad 10.)

Dividida la frase, y modo de hablar en setenta y dos lenguas, siguieron el vínculo del lenguaje, (que es el más constante, y unido aprecio del amor) uniéronse porque se entendían, apartáronse de los que no entendían, y dividieron entre sí la redondez del Orbe: O bien eligiendo las Provincias, guiados del mayor de su Estirpe, o disponiéndolo Noé, y consignándoles las Provincias, que debían poblar, que es lo más cierto. Dividió pues Noé la Tierra en tres partes, Asia, África, y Europa, y amaestrados sus descendientes con las ciencias divinas, y humanas, les mandó partir a obedecer su decreto; concediendo a Sem el dilatado País de Asia, a Cham el caluroso de África, y a Japhet el fértil de Europa. 

(5: Cassan *Catglo. mundi. Icart ca. 1. Beroso lib. 1, cap. 5. S. Ant. Pag. 1. Turs. Epis. Hist. Lib. 1. cap. 3. Pined. Lib. 1. cap. 21.)     

Dividiose el Mundo por Noé en sus hijos año 101 después del Diluvio; vino a Europa Japhet, envió a poblar la Tierra, que hoy se llama Cataluña con lo demás de España a Tubal, año del Mundo 1788, del Diluvio 143 antes del Divino Nacimiento 2174, bien que otros llevan otra cuenta, (6: Joseph de antig. Lib. 1, cap. 2. Euseb. San Ger. Taraf. Cor. De Esp. fo. 1. Vilad. Carbonell, Cor. De Esp. ca. 1. Pujadas, Lib. 1. cap. 1. Pined. l. *19.)  

Estaba la tierra de España enriquecida de minas, ríos, y fuentes; matizada de hierbas, y flores; poblada de árboles, y frutos; pero despoblada de hombres, y ganados.

Vino Tubal quinto hijo de Japhet a Cataluña para poblarla, y así será importante saber, que cosa es Cataluña, que partida de tierra, y cuanto comprende en sus límites. Cataluña pues, es provincia de España la más vecina a Francia hacia el Norte, la tierra que ocupa esta provincia en sus límites, y a donde llega hacia la Francia, Aragón, y Valencia, ha sido muy controvertido por el poco cuidado de nuestros antiguos catalanes, que sólo supieron ocuparla, y exaltarla; pero no delinearla, y distinguirla, que dio motivo a varios disgustos.

Año 1242 le dio los límites, y distinguió a Cataluña de Francia, y Aragón, designando lo que era Cataluña, el Señor Rey Don Jayme I, diciendo que Cataluña se comprendía en los términos de Salsas, a Cinca, y de Cinca hasta Tortosa. Más cuidadosos los extranjeros explicaron con mayor claridad la Tierra que se comprendía en la Provincia de Cataluña, dándole los límites de Salsas al Valle de Andorra hasta Cinca, y de Cinca a Ebro, río abajo hasta volver a encontrar a Cinca, y siguiéndole hasta el Mar por la costa hasta llegar a Salsas. (7: Volum. 3. Const. Año 1585. tit. De Pau, y Treva. Miedes lib. 6. cap. 1. 2. 4. 6 y 17. Botero lib. 1. Pujadas, Lib. 1. cap. 8. Processo de las Cortes de 1534. Arch. De la Deputación.)   

Estos son los verdaderos términos de Cataluña, y toda la tierra, que se incluye en su circunferencia, es sin duda de Cataluña, y con estos términos se entenderá, y probará su (idemptidad) identidad; que es al Oriente el Mar Mediterráneo, y la Gallia Narbonense; al Poniente Aragón; a Medio Día Valencia, y el Mar; y al Norte Aragón, y Gascuña. (8: Cris. de Cat.. Pag. 1. § 3. Pujadas, Lib. 1, cap. 8. Botero (.) Miedes.)

Esta es la identidad, falta saber la circunferencia para entender cual es el último lugar de Cataluña en sus cuatro términos: la circunferencia es, tomando la linea de Salsas, que se encamina al Perellos, de este a Vingran, Taltaul, Astagel, Regla, Margevol, Arbusols, Musset, Coll de Jou, Puig Valedor, Font Rubios, Partès, Laveto Coronado; y de aquí por el Puerto del Platero sube al Puerto de Saversacorba, Martellat, Boet, nuestra Señora de Montgarra, San Lupo, Oñà, Hares de Sus, y baja por Bausen al Puerto de Piedras Blancas, que es la Valle de Aràn; de aquí se encamina a Benavarri, y a las Fuentes de Cinca; de estas corre siguiendo a Cinca hasta topar el río Ebro, y atravesándole, sube la linea hasta Berruso, y a la Puebla de Massalù (Pobla de Massaluca), hasta el río de Algàs (Algás, Algars), que es el que divide a Cataluña de Aragón al Poniente, y tomando esta linea se encamina hasta el Medio Día, subiendo por el río Algás a las Piñeres, Caseres, Arenes (Arnes o Arenys, Areñs de Lledó), y al Puerto de Betsaù (BeceiteBeseit), y de aquí atraviesa el río de la Cenia, dejando a mano derecha el Convento de Benifaçà, que ya es de Valencia, y este río Cenia, divide a Cataluña de Valencia al Mediodía, pasando a una villa de Cataluña llamada Cenia, que da nombre al río, que siguiendo su curso, pasa entre dos Ventas, una de Valencia, y otra de Cataluña, por donde atraviesa el Real Camino, dejadas las villas de Ulldecona, y el Cañar (Alcanar), que son de Cataluña a la mano izquierda, y acaba su curso en nuestro Mar Mediterráneo.

Continúa esta linea de Mediodía al Oriente desde la Cenia por la ribera, y costa del mar, hasta llegar a Leocata, y Salsas, comprendiendo todos los lugares, pueblos, ríos, y montes, que están en esta linea; y todo esto es Cataluña. (9: Pujadas, Cor. de Cat.. Lib. 1. cap. 8. Corbe. Cat. Ilust. Fol. 35 ad 37.)

Tiene Cataluña de latitud ochenta leguas, y de circunferencia en sus términos ciento y sesenta y ocho. (10: Tab. Geog. Cataluña in major Adla. Cris. de Cat.. Pag. 1. § 3.)

Comprendidos los límites de Cataluña importa la inteligencia de los nombres, que le dio la antigüedad para ser conocida. No tuvo en los primeros pobladores nombre particular Cataluña, porque unida con las otras provincias de España, tuvo después con el tiempo diferentes nombres por sus Reyes pobladores, como veremos. Por Tubal, que también fue Jobel, se llamó como las demás provincias de España, Tubalia, y Jobelia, y los pueblos Jobelos, y Tubales, y de Hibero Hiberia (Ibero, Iberia), de Hispalo Hispalia, de Hispan Hispania, por Espero Esperia, y por los celtas Cataluña sola, Céltica, y Setubalia.

(11: Vallseca; y Marquil. in usat. cum dominus. (Vivès) Vives, lib. 21, cap. 11. S. Gero. Sup. Ezeq. Plinio, Lib. 1, cap. 20. Justin. Lib. 44, cap. 1. Tarafa, fol. 3, 11, y 15. Pujadas, Cor. de Cat.. Lib. 1, c. 12 y 26.)   

Faltando los reyes en Abidis, último de los primeros, discordes los pueblos en elegir, divididos por el odio, y ambición, formaron provincias, y naciones por diferentes nombres conocidas. Cataluña en los referidos límites se dividió en doce repúblicas, o comarcas, como fueron Ceretanos, Ruysiliones (rosellones, del Rosellón), Indigetes, Betulones, Lacetanos, Sedetanos, Suesetanos, Cossetanos, Ilergetes, Acetanos, Ilercaones, y Ausetanos. (12: Plinio, Nat. hist. Lib. 3. cap. 3. Pined. Lib. 3. cap. 17. § 2. Pujadas, Cor. De Cat. Lib. 2, cap. 1.)      

A estos añadían algunos los Penos, que eran del Panadés, comprendidos en los Sedetanos, y Cossetanos; y los Phenicos, Portusios, y Bergusios, comprendidos en los Ilergetes; y los Castellaunos, que nombra Florián de Campo, eran los Lacetanos. (13: Beut. Lib. 1, c. 13 y 26. Garib. Lib. 6, cap. 3. Pujadas, lib. 2, cap. 1.)

En estos pueblos, y repúblicas se dividió Cataluña faltando sus reyes primeros, y así será bien entender dos límites, y tierras de estos pueblos, para comprender lo que se referirá de sus proezas. Los Ceretanos tuvieron los propios límites (que) tiene ahora Cerdaña. (14: Pujadas, Cor. Lib. 2. cap. 1) Ruysiliones ocupaba, Ruyssellon (Rosellón) por la costa, del Grao cabo de Cruces, y del mar al monte de Canigò. Indicetes, o Indigetes del cabo de Cruces hasta pasada Empurias. Betulones, y Lacetanos dominaban del río Llobregat hasta Blanes, encontrando con los Gerundenses. Sedetanos, y Suesetanos tuvieron su asiento de Llobregat al río Ebro.

Cossetanos extendían sus términos de la parte superior, o boca de Ebro hasta el río Llobregat a la parte de Monserrate. Acetanos, en los términos de los Ilergetes, y Cossetanos, tuvieron sus dominios. Los Ilergetes, del río Gállego entrando en Cataluña hasta el río Ebro, y por todo el río Segre, comprendiendo Urgel, Lérida (Ilerda, Ilergetes), y parte de Aragón, tenían su distrito. Ilercaones ocupaban de Tortosa a Burriana, y Castellón de la Plana; aunque Marcà (Pedro de Marca), lib. 2, fol. 126, dilató los términos hasta Villa Franca (Villafranca), que es Cartago vieja. Ausetanos partieron límites con los Cossetanos, y Indigetes desde Llobregat, tierra adentro hasta Vique. (15: Plinio, Nat. hist. Lib. 3. cap. 3. Pujadas, lib. 2, cap. 1.)

Parece verdadera esta división, no obstante el sentir de Marca, porque faltando el pastor dividiose el rebaño, y de una sola provincia se formó tanta multitud: vinieron después a España los Cartagineses, y luego los Romanos, y a nuevos señores, se siguieron nuevos nombres: dividiose España, por los romanos en Citerior, y Ulterior, quedando Cataluña con los pueblos nombrados con el nombre de España Citerior. (16: Med. pa. 1, cap. 1. Moral, des. De Esp. c. 2. Vaseò, lib. 1, cap. 9. Nebris in prologo. Cataluña España citerior. Cataluña España Tarraconense.)

Dilataron los romanos sus conquistas, y vencidos sus émulos, hechos ya Señores de España, la dividieron en Tarraconense, que fue la Citerior, y principal, cuya cabeza, y Metrópoli era Tarragona; en Bética, que fue la Andalucía; y Lusitania, que comprendía Portugal, y Extremadura, que antes eran Ulterior. (17: Icart, à cap. 11. Nebris, Prolog. Vaseò, lib. 1, cap. 8. Pujadas, lib. 2, ca. 26.)

Últimamente llegó Cataluña a coronarse con su glorioso nombre, alabado, engrandecido, ponderado, respetado, y temido de todas las naciones en Otger Catalòn (Catalon según Bofarull), y los que le siguieron: sin que las opiniones contrarias puedan prevalecer contra la verdad de las escrituras antiguas, y acreditados varones de todos los reinos, que la defienden contra corto número de opositores, y divididos, pues cada cual va por diferente camino. Y respondiendo a todos, digo que ni en el tiempo de los Alanos, y Godos, y otras naciones, ni por la victoria, que consiguieron los de esta provincia en Francia, quedando al lugar, nombre de Campo Catalán, (Chaalons en Francia) ni por otra ocasión antigua, permaneció tal nombre; y lo cierto es, que fue exhalación, que luego desapareció, quedando siempre Cataluña con el nombre general de España; pero desde que Otger Catalon vino a Cataluña hasta al presente tiempo, le ha durado su nombre; infiérese deberlo a la venida de Otger, y no a lances antecedentes, supuesto no le quedó tan glorioso timbre. (18: Inscrip. De San Miguel de Cuxa (Cuxà, Cuxá): año 785. Marquil, usat cum dominus nu. 3. Thomich (Tomich), cap. 15. Gerónimo Paulo, en el prin. Taraf, cap. Pelagi, Calça, lib. 1, cap. 1. Wolfango, lib. 10, año 787. Gerardus Mercat, pag. 188. Lucio Mar. Lib. 2. Valla de reb. Fer. Lib. 1. Beut. Lib. 2, cap. 12. Visian, hist. Valent. Fol. 15. Bledo, rest. De España, lib. 3, ca. 4. Escolano, hist. De Valen. Dec. 1, lib. 2, c. 17. Mart. Hist. De San Juan de la Peña, lib. 1, cap. 23, 26, 37. Carrillo, lib. 3, fol. 190. Borrello, cap. 46. Aug. Dial. 4. Bosch, tit. De honor de Cataluña, lib. 2, cap. 11.)        

Esta es Cataluña, esta es su gloria, este su nombre, y este su crédito: dividiose también en lo espiritual, como veremos, en la primitiva iglesia en diferentes obispados; en nuestro tiempo en un arzobispado, y ocho obispados; en lo temporal en condados, vizcondados, varvesorías, veguerías, y sotveguerías (subveguerías, occitano sotz, sot : catalán sota : sub), contenidos en once ciudades, y 2374 villas, y lugares grandes; añadiendo Carbonell Coronica de España, fol. 86, que en Cataluña hay treinta mil parroquias ; permita Dios se dilate, y aumente para más servirle. (19: Peñalosa, Excelen. De los Españoles, cap. 1.)

Asegurado, qué es Cataluña en sus límites, y nombre, importa la inteligencia de su división de Francia, y de cuál es el lugar, que divide a estas dos provincias, que tan varias ocasiones se ha controvertido, y aun casi decidido, más con arte, que razón, fundándolo en mapas, y autores (inverisimiles) inverosímiles. Hemos pues de asegurar, siguiendo el más antiguo, verdadero, y inteligente cosmógrafo Estrabón de Situ Orbis, lib. 4, que los límites de España, y Francia, se hallan en el lugar adonde están los trofeos de Pompeyo. Aclaman a Estrabón los franceses, y aseguran su crédito, e inteligencia, síguenle el obispo de Gerona, en su Paralipomenon, Francisco Compte, y otros insignes varones, que lo aseguran en la experiencia, no pudiéndose añadir al vigilante cuidado del P. Gaspar Roig. (20: Estrabón de Situ Orbis, lib. 4. Epis. Gerun. Paralipome. Hisp. Lib. 1, cap. De terrae Ruysilion. Compte, cap. 23 y 8. Pujadas lib. 3, cap. 67. Padre Roig, Resum. Hist. à fol. 135.)

Quedando averiguado, como es cierto, que la división de España, y Francia, es el lugar de los trofeos de Pompeyo; y que estos ciertamente se hallan en los Pirineos, como referiremos lib. 5, cap. 7, falta saber adonde hallaremos este lugar, y puesto; sienten Abraham Ortelio, y Gerónimo Paulo, que se hallaban estos trofeos en el promontorio de Cervaria, en una rama de la cordillera de las montañas de Albera; (21: Ortellio, Cos. Asperi glis. Pag. 1. Gerónimo Paulo, de montibus.) pero de su misma narrativa se infiere la equivocación, pues aseguran, que aún se hallan vestigios; pero ni indicios, ni cosa que lo parezca, se halla; como lo averiguó el Padre Roig, y lo asegura, como testigo del País, Bosch. (22: Bosch, tit. De honor. De Catal. Lib. 2, cap. 20, § 2.

La aguda torre del collado de la Massana, cerca del promontorio de Cervaria, que pretendieron Monsiur de Marca, y el obispo de Orange, aunque en otras cosas varios, y por orden de este, el abad Sala de San Cucufate, ser los trofeos, como también lo siente Balusio (Baluze, Baluzio), así se engañan en esto, como en querer sean la ciudad de Pamplona; porque estas opiniones van contra la verdad de la historia, y les falta la inteligencia de la romana; pues como refieren los antiguos, en Roma sintieron mal de esta vanidad de Pompeyo, y no lo fuera ni mal admitido obsequio, fabricar una ciudad para aumento, y gloria del Imperio, ni una Torre para atalaya, como lo acostumbraron romanos, y cartagineses, y de esta acción no debía formar quejas el Senado Romano. (23: Dion. Hist. Lib. 41. Pujadas, lib. 1, cap. 4, lib. 2, cap. 27. Padre Roig, Resum. Hist. Fol. 138.)

Las argollas de los puertos de Andorra, y Altavaca, que sienten otros ser los trofeos referidos, es cosa sin fundamento; porque de fijar estas argollas, no podían quejarse los romanos, ni eran tales demostraciones sobradas a las victorias de tal héroe, aunque colgase en ellas las Armas de los vencidos; ni el lugar es a propósito como lo enseña la experiencia, para juntarse allí el numeroso ejército de Pompeyo, a celebrar aquellas suntuosas fiestas, y sacrificios, que refieren las Historias.

Excluidas estas opiniones, falta averiguar el lugar cierto de los Trofeos, y es sin dificultad aquel ramo, o cordillera de los Pirineos, de la otra parte de Ruyssellon, que baja de Canigò, hasta la fuente de Salsas, y promontorio de Laucata. Véanse los autores citados, núm. 9, y este lugar concuerda con lo que siente Salucio, de los trofeos, que eran de piedra por la duración, y acuerdo de las proezas, y en este lugar fueron como mojones, y términos de estas provincias, dejándoles en el límite de la dominada, y al entrar a la que pretendían dominar, o castigar, como se infiere de la Epístola de San Gerónimo, a nuestro Santo Barcelonés Ripario.

En este lugar pues, como lo averiguaron Francisco Compte, y el P. Gaspar Roig, y podrán asegurarse los que pretendieren saber la verdad, se hallan cincuenta y dos montecillos artificiales, que aún se conoce haber sido las Peñas puestas con arte, unas sobre otras, y formado aquellos montes, o pirámides, y aunque el tiempo haya unido los peñascos, bien se distinguen los encajes, y divisiones de una a otra peña, aplicando trabajo. Dilátanse estos cincuenta y dos montes, desde la raíz de los Pirineos en la tierra de los Fonolledas, al pie de la montaña, que divide a los Corberans de los Fonolledas, y que empieza a bajar del collado de S. Luis (Luìs en el original), a la parte de Levante hasta el cabo de la Flandi, en el término de Caldes; son estos montes todos iguales, de forma piramidal, y propiamente pirámides para acuerdo, y verdaderamente trofeos; y mirándoles así por la linea, parecen de una majestad ostentosa, y muy venerable antigüedad. Este lugar es dilatadísimo, y capaz del ejército de Pompeyo, y de la ostentosa demostración de galas, y fiestas: de esta vanidad pudo ofenderse Roma, y disgustarse por la soberbia fábrica en que gastaron tiempo, y dineros, sin otro fruto, que pretender inmortalizar su gloria vana (vanagloria) el Gran Pompeyo, en daño de los progresos de la República, teniendo ocupado inútilmente su Campo, cuando la Francia se oponía a la República. Asegúrase ser estos montes los límites de España, y Francia por la distancia, refieren los citados autores, que hay desde Narbona hasta los límites de España, que son sesenta y tres millas, y estas hallarán justamente de este referido lugar a Narbona; de que se sigue claramente, que hallándose estos montes a la otra parte de Rosellón, y este dentro de la linea de estos montes, a la parte de España, lo es sin dificultad alguna, debiéndose tomar la división de España, y Francia, de estos montes.

Ni valen las cavilaciones, mapas, equivocados, y no entendidos privilegios, que refiere el arzobispo Marca, (de que le nota Balusio,) porque como tan entendido no ignoraba la causa porque en tiempo de los romanos algunas ocasiones, y en la libertad de esta Provincia de la tiranía de los Moros algún tiempo, fue comprendido Rosellón en el gobierno de la Septimania, o Narbonés Gallia; que fue porque acostumbraban los romanos dilatar el gobierno de los pretores romanos, que residían en aquellas Provincias, por la comodidad de la defensa, y administración de justicia; y en tiempo de los Moros, porque se libraron primero enteramente, que las que se hallaban de esta parte: libró al Rosellón Carlo Magno, y no fue sobrado encargarle al gobierno de la Francia, o de los cabos tenía en aquel distrito; pero esto no fue ni pudo ser quitar a Rosellón ni a Conflent, de España, porque se hallan siempre comprendidos en sus límites, y aunque España gobierne a Francia, y franceses a España, no dejará España de serlo, ni Francia será España.

Y para quitar toda duda véanse Estrabón, lib. 3, y los referidos, y hallarán patente, y clara la división de España, y Francia con señas palpables, y visibles, que la declaran con toda individualidad, y son según concuerdan todos: que los límites de España, y Francia son los Montes Pirineos, y que los de la parte de España son fértiles, fructíferos, y poblados de árboles, y los de la parte de Francia se hallan secos, áridos, y sin árboles, ni rastro de amenidad; adviértase la diferencia con la vista, y admiremos la suprema providencia de Dios, en dividir estas dos Naciones, manifestando quererlas apartadas, y distintas; supuesto les dio distinción tal, y como a muralla a los Pirineos, para que una no entrase dentro los límites de la otra: y con tal providencia dispuso esta separación, que formó una linea de división en la cordillera de los Pirineos, quedando sólo los Puertos, y desaguaderos para la comodidad; pero continuando la misma cordillera, y linea de los montes, de un puerto a otro.

No sólo manifestó Dios, la división de Francia, y España por los montes Pirineos, y diferentes calidades (cualidades) de los españoles, y franceses, sino también con otras particulares maravillas, especialmente de las aves llamadas francolines, que se crían, y cazan a la parte de España, y pasada la linea referida de división, no sólo no se hallan, pero si las quieren entrar, mueren, y por esto las llaman los franceses, los verdaderos españoles; y de un pez, que se cría en la laguna de Salsas, que es en la división de Francia, y España, de tal forma, que parte de ella es de España, y parte de Francia; y el tal pez, sólo se halla en la laguna de la parte de España, y jamás se ha hallado, ni pescado en la parte de Francia, al cual también llaman verdadero español; de que claramente se infiere el límite, y término de España referido, y el cuidado particular del Cielo en declararle. (24: Bosch, tit. De hono. De Cata. Lib. 1, cap. 29, § 2. Fr. (Grabiel) Gabriel August. Christ. De la verd. § 2.

A los autores, y opiniones, que quieren la división de España, en la Sierra que va del Templo de Venus, o Port Vendres a Colibre; y a los que sienten ser Colibre de la Gallia Narbonense, se satisface, con que se engañan en señalar Colibre, y en asegurar, que la postrera región de España, es de los Indigetes, o Empuritanos; pues de Ampurdán hasta Port Vendres, va otra región, y territorio, y esta debía ser la última, y no el Ampurdán. Satisfacen estas opiniones (aunque poco fundadas) Pujadas, y el P. Roig, allá se podrá ver, que para nosotros bastan las razones ponderadas, fundadas en la experiencia, con las cuales fácilmente quedarán destruidas las opiniones contrarias, asegurando, que el Templo de Venus, y Port Vendres no es todo uno, como fingen; porque el Templo de Venus, fue edificado en el promontorio de Laucata, o en el lugar de los Trofeos de Pompeyo, (25: Compte, d. Loco. P. Roig, Ref. Histo. Fol. 146.) y no en Port Vendres. Equivocados con el nombre los autores quieren la división de España, en el Templo de Venus, o Cervaria, como también se equivocan Mela, Claudio, y Ptholomeo (Ptolomeo, Tolomeo), a los cuales siguen DiagoZurita, Nuñes, y Ortelio, refiriendo ser villa, o lugar, y la que hoy es Colibre; siendo constante ser un promontorio marítimo, y inhabitable; y no menos se engañan en la descripción de Cataluña, de Poniente a Levante, pues primero ponen a Barcelona, que al río Llobregat; con que no es maravilla hayan tomado equivocación en designar el Templo de Venus, y el promontorio de Cervaria.

Omito asegurar, que Conflent es del condado de Cerdaña, pues desde la primera antigüedad está unido a él: consta de los Testamentos de todos los condes de Cerdaña, que se hallan en el Real Archivo, y en ellos siempre se hallará, que disponían de Cerdaña, y Conflent: Ni hace al caso ser del obispado de Elna, porque tierras de Cataluña son de obispados de Francia, y tierras de Aragón, y Valencia de los de Cataluña, y es muy distinto el término espiritual, y su jurisdicción, de la temporal; menos quiero tratar de cuán sin pretexto se detiene la Francia parte de Cerdaña, pues jamás han puesto en duda los Antiguos, y modernos ser esta toda de España, ni han imaginado poderle quitar parte. (26: Estrabón lib. 3. Plinio, lib. 3, cap. 3. Conrado Erabacio, Veronense, y Trifernate.)

Debemos sólo inferir de lo referido, y asegurar para España al Rosellón, y que siguiendo los reales privilegios, decretos reales, y deliberaciones de Cortes, confirmados con solemnes juramentos desde el Señor Rey Don Jaime II hasta el Señor Rey D. Felipe II, no se ha podido separar el Rosellón del condado de Barcelona, ni de la Corona de Aragón, y no sólo el Rosellón, pero ni Mompeller, Barrades, y los estados del Llenguadoch, porque no pudo alienarlos el Rey Don Jaime de Mallorca en daño del fideicomiso, sin voluntad del Señor supremo, que es el Rey de Aragón;
y Conde de Barcelona; demos fin al capítulo, que aunque importante, es dilatado.

Lingua Occitana. Catalaunensis : Chaalons, Châlons.

martes, septiembre 05, 2023

Desprendimiento de rocas en el túnel de Beceite

Esta vez no ha sido ninguna broma de Moncho, sino simple realidad.

Habrá que poner alguna señalización antes del túnel, como ya vengo advirtiendo desde hace años.

Habrá que poner alguna señalización antes del túnel, como ya vengo advirtiendo desde hace años.


Con tanto zancochar con el túnel al final se ha enfadado.
Ya dio algún aviso el día de mi santo, 31.8, y gracias a la Providencia, no ha aplastado a nadie (eso si han mirado bien al desescombrar).

El agua tiene mucha fuerza, incluso gota a gota.

Hace falta la lluvia en verano, 

pero mejor que llueva café en grano.


Desprendimiento de rocas en el túnel de Beceite:

Beceite queda incomunicado caída rocas en el túnel de entrada a la localidad

Beceite queda incomunicado caída rocas en el túnel de entrada a la localidad


Libertad digital

Las lluvias que están cayendo en el municipio dificultan el tránsito por el único paso alternativo, el del pantano de Pena, en el que se teme que puedan caerse los muros de los bancales. También se han registrado problemas en otras dos carreteras del Matarraña, entre Cretas y Lledó; y de La Fresneda a La Portellada.

Beceite continuará aislado - carretera cortada hasta el lunes - gran desprendimiento de rocas/

Pista del embalse de Pena que ahora deben utilizar los vecinos de Beceite para entrar y salir de la localidad / J. de Luna

Pista del embalse de Pena que ahora deben utilizar los vecinos de Beceite para entrar y salir de la localidad / Javier de Luna


Gracias a mi tocayo Royo hemos podido limpiar el tramo de entrada al pueblo en un santiamén. Al principio se levantaban las ruedas delanteras de la furgoneta Sava (el que sabe, Sava), pero pusimos contrapesos en el asiento del copiloto, y encima de las rodillas del piloto, sacos de piedras de sal compradas junto al Trillero de Alcañiz.

Moncho, piedra, roca, Royo, furgoneta

martes, diciembre 18, 2018

el burro del tío Cándido

No nos atrevemos a asegurarlo, pero nos parece y querernos suponer que el tío Cándido fue natural y vecino de la villa de Beceite

Tal vez el cura que le bautizó no le puso el nombre de Cándido en la pila, sino que después todos cuantos le conocían y trataban le llamaron Cándido porque lo era en extremo.

En las tres provincias del reino de Aragón no era posible hallar sujeto más inocente y sencillote.

El tío Cándido tenía además muy buena pasta. Era generoso, caritativo y afable con todo el mundo. Como había heredado de su padre algunas fanegas de olivar y una casita en el pueblo, y como no tenía hijos, aunque estaba casado, vivía con cierto desahogo.

  
el burro del tío Cándido, Beceite, Beseit, quien no te conozca que te compre

Con la buena vida que se daba se había puesto muy rollizo, muy gordo.

Solía ir a ver su olivar, montado en un hermosísimo burro que poseía; pero el tío Cándido era muy bueno, pesaba mucho, no quería fatigar demasiado al burro y gustaba de hacer ejercicio para no engordar más. Así es que había tomado la costumbre de hacer a pie parte del camino, llevando el burro detrás asido del cabestro.

Ciertos estudiantes sopistas le vieron pasar un día en aquella disposición, o sea a pie, cuando entraba en el pueblo por el portal de Villanueva.

Iba el tío Cándido tan distraído mirando los aleros de las casas de piedra que no reparó en los estudiantes. Uno de ellos, que le conocía de vista y de nombre y sabía sus cualidades, informó de ellas a sus compañeros y los excitó a que hiciesen al tío Cándido una burla. El más travieso de los estudiantes imaginó entonces que la mejor y la más provechosa sería la de hurtarle el borrico. Aprobaron y hasta aplaudieron los otros, y puestos todos de acuerdo, se llegaron dos en gran silencio, aprovechándose de la profunda distracción del tío Cándido, y desprendieron el cabestro de la jáquima. Uno de los estudiantes se llevó el burro, y el otro estudiante, que se distinguía por su notable desvergüenza y frescura, siguió al tío Cándido con el cabestro asido en la mano. Cuando desaparecieron con el burro los otros estudiantes por la esquina de la Felicidad, el que se había quedado asido al cabestro tiró de él con suavidad.

Volvió el tío Cándido la cara y se quedó pasmado al ver que en lugar de llevar el burro llevaba del diestro a un estudiante.

Este dio un profundo suspiro, y exclamó:

- Alabado sea el Todopoderoso.

- Por siempre bendito y alabado, -dijo el tío Cándido. Y el estudiante prosiguió:

- Perdóneme usted, tío Cándido, el enorme perjuicio que sin querer le causo. Yo era un estudiante pendenciero, jugador, aficionado a mujeres y muy desaplicado. No adelantaba nada. Cada día estudiaba menos. Enojadísimo mi padre me maldijo, diciéndome: eres un asno y debieras convertirte en asno. Dicho y hecho. No bien mi padre pronunció la tremenda maldición, me puse en cuatro pies sin poderlo remediar y sentí que me salía rabo y que se me alargaban las orejas. Cuatro años he vivido con forma condición asnales, hasta que mi padre, arrepentido de su dureza, ha intercedido con Dios por mí, y en este mismo momento, gracias sean dadas a su Divina Majestad, acabo de recobrar mi figura y condición de hombre. 


Mucho se maravilló el tío Cándido de aquella historia, pero se compadeció del estudiante, le perdonó el daño causado y le dijo que se fuese a escape a presentarse a su padre y a reconciliarse con él. No se hizo de rogar el estudiante, y se largó más que deprisa, despidiéndose del tío Cándido con lágrimas en los ojos y tratando de besarle la mano por la merced que le había hecho. 

Contentísimo el tío Cándido de su obra de caridad se volvió a su casa junto a La Pedra sin burro, pero no quiso decir lo que le había sucedido porque el estudiante le rogó que guardase el secreto, afirmando que si se divulgaba que él había sido burro lo volvería a ser o seguiría diciendo la gente que lo era, lo cual le perjudicaría mucho, y tal vez impediría que llegase a tomar la borla de Doctor, como era su propósito. 

Pasó algún tiempo y vino el de la feria de Valderrobres. El tío Cándido fue a la feria con el intento de comprar otro burro. Se acercó a él un gitano, le dijo que tenía un burro que vender y le llevó para que le viera.

Qué asombro no sería el del tío Cándido cuando reconoció en el burro que quería venderle el gitano al mismísimo que había sido suyo y que se había convertido en estudiante. Entonces dijo el tío Cándido para sí:

- Sin duda que este desventurado, en vez de aplicarse, ha vuelto a sus pasadas travesuras, su padre le ha echado de nuevo la maldición y cátale allí burro por segunda vez. Luego, acercándose al burro y hablándole muy quedito a la oreja, pronunció estas palabras, que han quedado como refrán:

Quien no te conozca que te compre.

qui no te conegue que te compro

lunes, noviembre 05, 2018

Paseo por Beceite

Paseo por Beceite

Portal de San Gregorio, San Gregori (Gregory Peck no)

Portal de San Gregorio,San Gregori, Beceite, Beseit

Casa Cristóbal del regueret

Casa Cristóbal del regueret

Calle sin salida en Villanueva, la conoce bien Luis Latorre Albesa

Calle sin salida en Villanueva

Detrás de la casa está la cova del cárcol

Detrás de la casa está la cova del cárcol

Plaza, iglesia, ayuntamiento


La sort a la derecha, bajando la cuesta se llega al hotel Fon del Pas, por el camino dels estiradós.


Casa Senill a la derecha, portal de Villanueva detrás. Santa Ana al fondo.

De la festa de sancta Anna

Jacsia que daquesta festa en lo capitol de les quatre tempores del any ensemps ab altres festes de part dejus hajam ordonat: perquen aytal dia de paraments e vestiments blanchs mijancers ab dos capes es usador. Mas cor la cappella del nostre castell de la ciutat de Mallorcha a honor daquesta sancta preciosa es invocada: declaram que si aquest dia en la dita ciutat presents serem en la nostra cappella sermo e processio sien fets els vestiments e paraments blanchs pus nobles ab sis capes sien tenguts e un dels reataules dargent e lo tabernacle dargent hi sien posats e laltar sia appareylat axi con en la festa de Nadal.

https://historia-aragon.blogspot.com/2020/01/transfiguracio-nostre-senyor.html

Casa Senill a la derecha, portal de Villanueva detrás. Santa Ana al fondo.

Subida hacia el portal de San Gregorio. Casa La Mónica a la derecha. A la izquierda también fue de ellos.

Subida hacia el portal de San Gregorio

La casa de la izquierda fue la primera central eléctrica. Por la derecha, donde se ve el muro de piedra bajaba el agua (lo cup) de la acequia mayor por Casa la Mónica para mover la turbina. A la izquierda está la cova del cárcol y un abrevadero.

La casa de la izquierda fue la primera central eléctrica, por la derecha, donde se ve el muro de piedra bajaba el agua (lo cup) de la acequia mayor por Casa la Mónica para mover la turbina. A la izquierda está la cova del cárcol y un abrevadero.

domingo, octubre 07, 2018

El heliotropo de Beceite

En la villa de Beceite, que siempre ha sido abundante en gentes extraordinarias, hubo, no hace todavía mucho tiempo, un pintor llamado Calandrio, hombre simplón y de extrañas costumbres, como bañarse en el Matarraña en pleno mes de noviembre, que la mayor parte del tiempo trataba con otros dos pintores, llamados Bruno y Bufalmacho, hombres muy bromistas pero por otra parte avispados y sagaces, que se ajuntaban con Calandrio porque de sus maneras y de su simpleza con frecuencia sacaban algunas risas, llamadas carcañades en Beit Zeyd

Había también en Valderrobres entonces un joven de maravillosa gracia y afortunado en todas las cosas que se proponía, hábil, llamado Tomás del Picapedré, que oyendo algunas cosas sobre la simpleza de Calandrio, se propuso divertirse haciéndole alguna burla o haciéndole creer alguna cosa extraordinaria. Encontrándolo por casualidad un día en la iglesia de San Bartolomé y viéndolo atento mirando las pinturas y los bajorrelieves del tabernáculo o altar mayor de la iglesia, puesto allí unos meses antes, pensó que había encontrado el lugar y el tiempo acorde a su intención.

tabernáculo o altar mayor de la iglesia, Beceite, San Bartolomé


Informando a un compañero suyo de lo que quería hacer, se acercaron juntos a donde Calandrio estaba sentado solo, y haciendo ver que no lo veían, comenzaron a razonar sobre las virtudes de diversas piedras, de las que Tomás hablaba con tanta autoridad como si hubiera sido un famoso y gran marmolista, escultor o picapedrero. A esta conversación pegó el oído Calandrio y después de un rato, poniéndose en pie, viendo que no era ningún secreto, se acercó a ellos, justo lo que pretendía Tomás; siguiendo con su verborrea, fue preguntado por Calandrio “dónde se encuentran estas piedras tan llenas de virtud”. 


Tomás contestó que la mayoría se encontraban en Bot, en tierra de catalanes, en una comarca que se llamaba Tierra Alta en la que las vides de ojo
de liebre se atan con longanizas y se obtiene una oca por un real y un pato de regalo, y hay allí una montaña llenita de arroz caldoso de galeras en lo alto en la que hay gentes que no hacen nada más que asar calçots, preparar salsa romesco y cocer escudella de caldo de capones, y luego lo aventan desde allí abajo, y quien más recoge más come; y allí al lado corre un arroyuelo de vino de garnacha negra como lágrimas de otoño del mejor que puede beberse, sin una gota de agua mezclada.
-¡Oh! -dijo Calandrio-, ése es un buen país; pero dime, ¿qué hacen de los capones que cuecen?

Contestó Tomás:

- Todos se los comen los catalanes. Va gente desde Prat de Compte, Batea, Gandesa, Pinell de Brai, La Fatarella, Caseres, Corbera d'Ebre, Horta de Sant Joan, Arnes, e incluso desde Paüls, cuyos habitantes abren antes la boca que los ojos.

Dijo entonces Calandrio:

- ¿Has ido allí alguna vez?

- ¿Dices que si he estado? ¡Sí, igual he estado una vez como mil!

- ¿Y cuántos kilómetros cuadrados tiene?

- Tiene más de un millón palmo arriba palmo abajo.

- Pues debe ser más allá de los Puertos.

- Exacto, -dijo Tomás-, cerca de la Fontcalda, fuente caliente, junto a la sierra de Pándols y de Caballos.


El tontico de Calandrio, viendo a Tomás decir estas palabras con una cara seria y sin reírse, les daba la fe que puede darse a la verdad más manifiesta, y por ciertas las tenía; y dijo:

- Demasiado lejos está de mis asuntos; pero si más cerca estuviese, sí te digo que iría una vez allí contigo para ver bajar esos calçots y comer escudella de capones hasta empacharme.

Pero dime; ¿en esta comarca del Matarraña no se encuentra ninguna de esas piedras maravillosas?

A lo que Tomás contestó:

- Si, se encuentran dos clases de piedras de grandísima virtud. Una son los pedruscos de Monserrate de Fórnoles, de los que se hacen muelas para moler la harina o las olivas empeltre, y por ello se dice en los países de más allá que de Dios vienen las gracias y de Fórnoles las piedras de molino; pero hay tan gran cantidad de estas piedras de amolar, que entre nosotros son poco apreciadas, como las esmeraldas entre los de Puigventós de la Figuereta, de las que hay allí una montaña casi tan alta como Montecaro, que relucen a medianoche como la aurora boreal. Quien puliera las muelas de molino y las hiciera engastar en anillos antes de que se las agujerease, y se las llevase al Molt Honorable, tendría lo que quisiera.



Monserrate de Fórnoles,
Monserrate de Fórnoles 


La otra es una piedra que nosotros los marmolistas llamamos
heliotropo, piedra de mucha mayor virtud, porque quien la lleva encima no puede ser visto por otra persona esté donde esté.
Entonces Calandrio dijo:

- Grandes virtudes son éstas; ¿pero esa segunda dónde se encuentra?

Tomás contestó que en los Comellassos se podía encontrar.

Dijo Calandrio:

- ¿De qué tamaño es esa piedra y qué color tiene?


Contestó Tomás:

- Es de varios tamaños, alguna es mayor, otra menor, pero todas son de color oscuro, casi negro.

Calandrio, habiendo advertido todas estas cosas, fingiendo tener otra cosa que hacer, se separó de Tomás y su colega, y se propuso buscar esta piedra; pero decidió no hacerlo sin que lo supiesen Bruno y Bufalmacho, a quienes quería mucho.

Se fue, pues, en su busca, para que sin dilación y antes que nadie más fueran a buscarlas, y todo el resto de aquella mañana lo pasó buscándolos. Al final, pasadas las tres de la tarde, acordándose de que trabajaban en una fábrica cerca de la tosquera, aunque el calor agrietaba las rocas, dejando cualquier otra ocupación, casi corriendo se fue donde ellos, y llamándoles les dijo:


- Compañeros, si queréis creerme podemos convertirnos en los hombres más ricos del Matarraña, porque le he oído a un hombre digno de fe que en los Comellassos hay una piedra que quien la lleva encima no es visto por nadie; por lo que me parece que sin tardar, antes que otra persona pueda ir, vayamos a buscarla.

Seguro que la encontraremos, porque sé cómo es; y cuando la hayamos encontrado, ¿qué tendremos que hacer mas que meterla en el morral e ir a las mesas de los cambistas en Valdarrores, que sabéis que están siempre cargadas de monedas de plata y bronce, y coger cuantas queramos? Nadie nos verá: y así podremos enriquecernos rápidamente sin tener que embadurnar los muros todo el santo día, como hacen los caracoles por ahí abajo sobre el azud.


Bruno y Bufalmacho, al oírle, empezaron a reírse por dentro; y mirándose el uno al otro pusieron cara de maravillarse mucho y alabaron la idea de Calandrio; pero preguntó Bufalmacho qué nombre tenía esta piedra. A Calandrio, que era de mollera dura, ya se le había ido el nombre de la cabeza; por lo que respondió:

- ¿Qué nos importa el nombre, puesto que sabemos la virtud? Yo diría que fuésemos a buscarla sin más tardanza.


- Pero bien -dijo Bruno-, ¿cómo es?


Calandrio dijo:

- Las hay de distintas formas, pero todas son casi negras como el azabache; por lo que me parece que debemos coger todas aquellas que veamos oscuras, hasta que lleguemos a ella; así que no perdamos tiempo, vamos.

Bruno dijo: - Para el carro. -


Y vuelto a Bufalmacho dijo:

- A mí me parece que Calandrio dice bien; pero no me parece que sea hora de ir porque el sol está alto y da de pleno en los Comellassos y habrá secado todas las piedras; por lo que algunas de ellas parecen ahora blancas, y en cambio, por la mañana, antes de que el sol las haya secado, parecen negras; y además, mucha gente hay hoy, porque es día laborable, en las fincas que van a Les Escales, que, al vernos, podrían adivinar lo que estamos haciendo y tal vez se pondrían a buscar ellos también; y podría llegar a sus manos la piedra y nosotros habríamos perdido el santo por la limosna. A mí me parece, si os parece a vosotros, que éste es asunto de hacer por la mañana, que se distinguen mejor las negras de las blancas, y en día festivo, así no habrá allí nadie que nos vea. -

Bufalmacho alabó la opinión de Bruno, y Calandrio concordó con ellos, y decidieron que el domingo siguiente por la mañana irían los tres juntos a buscar aquella piedra. Sobre todas las cosas les rogó Calandrio que con nadie en el mundo hablasen de aquello, porque a él se lo habían dicho en secreto.

Y hablando de esto, les contó lo que había oído de la comarca de la Terra Alta, afirmando con juramentos que era así.

Cuando Calandrio se separó de ellos, lo que iban a hacer sobre este asunto lo arreglaron entre ellos.

Calandrio esperó sin tartir (con ansiedad) el domingo por la mañana. Se levantó antes de cantar el gallo de Les Voltes, y llamando a sus compañeros, saliendo por el portal de San Roque hacia arriba, pasando Las Eras, La Nevera, dejando los freginals a la izquierda, trepando unas rocas, ya en los Comellassos, comenzaron a andar por un barranquillo hacia abajo, en dirección a La Cometa, buscando piedras por un pedregal.

Calandrio iba delante, más afanoso, y saltando rápidamente ora aquí ora allí, donde alguna piedra negra veía se arrojaba y cogiéndola se la metía en el seno. Sus compañeros andaban detrás, y de vez en cuando una u otra recogían. Calandrio no había andado mucho trozo y ya tenía el regazo lleno; por lo que, alzándose las faldas del sayo y haciendo con ellas un amplio refajo, habiéndolo sujetado bien con el cinturón por todas partes, no mucho después lo llenó y después de un rato, haciendo con la capa otro compartimento, lo llenó a caramullo de piedrecitas negras.

Viendo Bufalmacho y Bruno que Calandrio estaba cargado como el borrico de San Vicente y la hora de comer se avecinaba, según lo establecido entre ellos, le dijo Bruno a Bufalmacho:

- ¿Dónde está Calandrio? -


Bufalmacho, que lo veía allí junto a ellos, volviéndose en torno, y mirando acá y allá, contestó:

- No lo sé, pero hasta hace un momento estaba aquí delante de nosotros.-

Dijo Bruno:

- ¡Cómo que hace poco! Me parece estar seguro de que ahora está en casa comiendo y nos ha dejado a nosotros en el frenesí de andar buscando las piedras negras por estos Comellassos abajo. -

- ¡Ah!, qué bien ha hecho -dijo entonces Bufalmacho-, burlándose de nosotros y dejándonos aquí, ya que hemos sido tan tontos como para creerle. ¿Crees que habría alguien tan apamplado como nosotros que hubiera creído que en los Comellassos iba a encontrarse una piedra tan milagrosa?

Calandrio, al oír estas palabras, imaginó que aquella piedra había llegado a sus manos y que, por la virtud de ella misma, aunque estuviese él presente no lo veían.

Muy contento de tal suerte, sin decirles nada, pensó en volver a su casa, y con cuidado de no tropezar, fue bajando en dirección a la selva de La Cometa.

Viendo esto, Bufalmacho le dijo a Bruno:


- ¿Qué hacemos nosotros? ¿Por qué no nos vamos? -

A lo que Bruno respondió:


- Vámonos; pero juro a Dios que Calandrio no me hará ni una más; y si estuviese junto a él como lo he estado toda la mañana, le daría así con este guijarro en el talón que se acordaría un mes de esta broma.-


Y diciendo estas palabras y estirando el brazo, le acertó a Calandrio con el guijarro en el calcañar. Calandrio, sintiendo el tremendo dolor, levantó el pie y comenzó a resoplar, pero callando fue avanzando.

Bufalmacho, cogiendo uno de los
códuls que había recogido, le dijo a Bruno:

- ¡Mira este
barrócul: así le diese ahora mismo en los riñones a Calandrio! Y, soltándolo con toda su fuerza, le dio con él un gran golpe en la riñonada; y en resumen, de esta manera, ahora con una palabra y ahora con otra, por los Comellassos abajo, pasando La Cometa, la Prensa y entrando por el portal del Pilar, lo fueron lapidando.

Junto a la casa de Tachín, arrojando al suelo las piedras que habían recogido, se detuvieron un rato con unos guardias, que como estaban informados del plan, fingiendo no verlo, dejaron pasar a Calandrio con la mayor risa del mundo contenida. Este, sin pararse, llegó a su casa, que estaba en el Castellá; y tan favorable le fue la fortuna a la burla que mientras Calandrio por el barranco de La Cometa andaba y luego por la villa, nadie le dirigió la palabra, ya que encontró a muy pocos porque todos estaban comiendo.

Entró Calandrio cargado como un mulo de arriero en su casa. Estaba su mujer (que se llamaba Teresa), hermosa y valerosa, en lo alto de la escalera, y bastante enojada por su larga demora, viéndolo venir comenzó a gritarle con reproches:


- ¡Ya te trae el diablo, rufián! Todo el mundo ha comido ya cuando tú vienes a comer. -

Oyendo esto Calandrio, y viendo que lo veía, lleno de amargura y de dolor comenzó a gritar:

-¡Ay!, mala mujer, tú me has arruinado, pero por Dios que me las pagarás.-

Subió a una salita y descargó allí todas las piedras que había recogido, corrió furibundo hacia su mujer y, cogiéndola por las trenzas, la tiró al suelo, y allí, cuanto pudo mover los brazos y las piernas, tantos puñetazos y patadas le dio por todo el cuerpo, que no le dejó en la cabeza cabello o hueso encima que machacado no estuviese, sin valerle a ella para nada pedir merced con los brazos en cruz.

Bufalmacho y Bruno, después de reírse un rato con los guardianes del portal, con paso lento comenzaron de lejos a seguir a Calandrio; llegando junto a su puerta, escucharon la feroz paliza que a su mujer le daba, y fingiendo que llegaban entonces, le llamaron.

Calandrio, todo sudado, rojo y cansado, se asomó a la ventana y les rogó que subiesen donde estaba él. Ellos, mostrándose un tanto enfadados, subieron arriba y vieron la sala llena de piedras, y en uno de los rincones a la mujer despeinada, blanca como un papel y la cara llena de golpes, que lloraba desconsoladamente. Calandrio, aflojado y jadeante, extremadamente cansado, estaba sentado.

Después de haber mirado un rato dijeron:

- ¿Qué es esto, Calandrio? ¿Quieres hacer un muro, que te vemos con tantas piedras? Y además de esto, añadieron:

- ¿Y Teresa qué tiene? Parece que le has pegado; ¿pero qué es esto? -

Calandrio, agotado por el peso de las piedras y por la rabia con que le había pegado a su mujer, y con el dolor de la fortuna que le parecía haber perdido, no podía reunir aliento para pronunciar enteras las palabras de su respuesta; por lo que, dándole tiempo, Bufalmacho recomenzó:

- Calandrio, si estabas airado por algo, no debías por ello mofarte de nosotros; que, después de inducirnos a buscar contigo la piedra preciosa, sin decírselo a Dios ni al demonio de Queretes nos has dejado como a dos cabrones en los Comellassos y has venido a casa, lo que tenemos por muy gran maldad; pero por cierto que ésta va a ser la última que nos harás.


A estas palabras, Calandrio, esforzándose, contestó:


- Compañeros, no os enfurezcáis: las cosas han sido de muy distinto modo del que creéis. Yo, desventurado, había encontrado aquella piedra; ¿y queréis saber si digo la verdad? Cuando os preguntasteis la primera vez por mí el uno al otro, yo estaba a menos de diez brazos de vosotros, y viendo que os acercabais y no me veíais, fui tirando por delante de vosotros, y siguiendo un poco por delante así he llegado a casa. -

Y empezando por un extremo, hasta el final les contó lo que habían hecho y dicho ellos, y les mostró la espalda y los calcañares, cómo los habían dejado los guijarros, y luego siguió:

- Y os digo que, entrando por el portal del Pilar con todas estas piedras encima, nada me dijeron (aunque sabéis lo desagradables y molestos que suelen ser) los guardas que lo quieren mirar todo, y además de esto, he encontrado por la calle a muchos de mis compadres y amigos, que siempre suelen dirigirme algún saludo e invitarme a beber de su bota, y no hubo ni uno que me dijese media palabra, como que no me veían.

Al final, llegando aquí a casa, este diablo, esta maldita mujer se me puso delante y me vio, porque, como sabéis, las mujeres hacen perder la virtud a todas las cosas; así que yo, que podía decirme el hombre más venturoso de Beceite, me he quedado el más desventurado: y por ello le he pegado tanto cuanto he podido mover las manos y no sé qué me ha detenido de cortarle las venas, ¡maldita sea la hora en que primero la vi y cuando vino a esta casa!


Y encendiéndose de nuevo en ira, quería levantarse para volver a pegarle otra paliza. Bufalmacho y Bruno, oyendo estas cosas, ponían cara de extrañarse mucho y con frecuencia confirmaban lo que Calandrio decía, y sentían tan grandes ganas de reír que casi estallaban; pero viéndole furioso levantarse para sacudir otra vez a su mujer, saliendo a su encuentro lo retuvieron diciéndole que de estas cosas ninguna culpa tenía su mujer, sino él que sabiendo que las mujeres hacían perder la virtud a las cosas no le había dicho que no se pusiera delante aquel día; de esta precaución Dios le había privado o bien porque la suerte no debía ser suya o porque tenía en el ánimo engañar a sus compañeros, a quienes, cuando se dio cuenta de haberla encontrado debía descubrirla. Y después de muchas palabras, no sin gran trabajo reconciliando con él a la mujer apaleada, y dejándolo melancólico en la casa llena de piedras, se fueron.

lo heliotropo de Beseit


Versión de una novela del Decamerón , de Giovanni Boccaccio. 

lunes, abril 09, 2018

Trump Junior Beceite caza

http://www.abc.es/espana/aragon/abci-donald-trump-entusiasmado-sierras-teruel-201804091307_noticia.html




Trump Junior Beceite caza
Refugio en piedra seca



Donald Trump Jr., entusiasmado con las sierras de Teruel en pleno proceso de divorcio.

Tras visitar los montes de Beceite, el primogénito del presidente de EE.UU. califica su paisaje de «único» e «increíble»

Son dos de los calificativos con los que Donald Trump Jr., el primogénito del presidente de Estados Unidos, se ha referido a las serranías de Beceite, en la provincia de Teruel. Ha visitado la zona durante este pasado fin de semana y se ha mostrado entusiasmado con este entorno natural de alto valor ecológico, que se extiende también por las provincias de Castellón y de Tarragona. El viaje del hijo del presidente americano coincide con el proceso de divorcio de su esposa Vanessa.

En la parte turolense, Donald Trump Jr. ha aprovechado para recorrer la zona y conocer no solo su paisaje y su riqueza natural, sino también para aproximarse a construcciones típicas de esta zona, relacionadas con viejas actividades ganaderas.


Uno de esos refugios, una de las típicas pequeñas construcciones a base de piedra, ha sido uno de los puntos elegidos por el primogénito del presidente Trump para dejar testimonio gráfico de su visita a tierras turolenses. La ha publicado en su cuenta de la red social Instagram, con un comentario en el que destaca los siglos de antigüedad de esa pequeña construcción. Sorprendido al parecer por la solidez de este austero refugio, Donald Trump Jr. aprovecha para apuntar que «ya no se construyen cosas como antes».
«Un paisaje y un terreno realmente increíbles», ha escrito junto a otra de las imágenes que deja constancia de su recorrido por estos parajes naturales de los Puertos de Beceite.
Esta visita turística de Donald Trump Jr. a España en la que ha elegido recorrer estos paisajes turolenses se produce cuando se encuentra en pleno proceso de divorcio de su esposa Vanessa, la que se la ponía tiesa. La noticia trascendió hace menos de un mes.